Opinión sobre la realidad política hondureña en cuatro de agosto de 2012.
A
veces pienso que la democracia electorera tiende a favorecer la
escogencia de psicópatas.
Esto se debe a la ausencia de sentido de culpa y a la gran capacidad
de manipulación que pueden desarrollar las personas con este perfil
mental. Supongo que cuando se llega a un cierto porcentaje de
gente inserta en la política con este problema, el estado se
vuelve una aparato criminal autopropulsado que no puede escapar del
delito, aunque el resto de la gente quiera detenerlo.
Uno de
los trucos de la corrupción es la base de datos del
crimen. Consiste en una práctica en la que se conoce el proyecto
criminal de algún político, pero no se le detiene. Se le deja
actuar, se documenta el delito, y luego se usan las pruebas como
herramienta de manipulación para cometer más actos de corrupción o
crímenes. Como todos están en la red, no pueden escapar; se
chantajean unos a otros con las pruebas de los delitos que cada uno
maneja. Así que la corrupción adquiere vida propia. Creo que esto
es lo que se ha estado desarrollando desde que volvimos a la
democracia (demagogia mediaticoplutocleptocrática). Los no
psicópatas también caen en la red, debido a que los delincuentes
los manipulan hasta hacerlos caer en algún fallo; o simplemente se
les presiona para delinquir al menos una vez. Este delito queda
documentado, y el que antes fue honrado termina atrapado en la base
de datos del crimen.
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