viernes, 5 de octubre de 2012

SIN ESCAPE

Este es el relato de un mal sueño. Tiene inconsistencias porque los sueños son inconsistentes; cuando uno los recuerda, es porque hay algún problema que requiere atención.

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Venía para Tegus en un bus de Los Catrachos, se detuvo en una especie de comedor. Yo me bajé a curiosear, la carretera era de tierra; empecé a caminar, volteaba a verlo de vez en cuando. Bajé una cuesta, y lo perdí de vista. Caminé un poco más y empecé a oír ruidos raros. Me preocupé y di la vuelta. Al regresar, el bus ya no estaba. Le pregunté a un señor qué había pasado. Me salió algo enojado porque el comedor también era casa y no quería que yo estuviera por ahí viendo. Me alejó del lugar y de modo bromista me dijo que el bus se había regresado. Yo le dije algo alarmado, que entonces iba a tener que quedarme durmiendo en ese lugar. Con el mismo tono bromista me respondió que no me preocupara, que el bus siempre hace eso y que va a regresar en una hora, que sólo había que esperar. Luego tomé otro transporte para ir a buscarlo. Aparecí en Comayagua, me encontré el catracho por el parque, le dije a la señora que manejaba la unidad que se parara para tratar de alcanzarlo. Ella no lo hizo y el catracho se perdió en una vuelta. Me bajé, caminé un poco, el catracho ya se había ido. No me quedaba otra que tomar otro bus.